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Salón LAU de Raimer Büro: Silencio como declaración diseñística

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Una cocina moderna con mobiliario negro pulido, una pared de color naranja térmica cálida, electrodomésticos de acero inoxidable y una presentación elegante que resalta lujo y estilo minimalista

En el corazón de la ciudad, el LAU es el salón principal de la marca de muebles que redefine la concepción del salón de exposición. Diseñado por Raimer Büro, este espectáculo arquitectónico no busca efecto, sino que invita a la reflexión. Es un espacio susurro que solo habla cuando estás listo para escuchar.

Minimalismo con significado

A diferencia de los enfoques tradicionales de los salones de exposición, LAU se aleja de la orientación comercial. Se eleva más allá de la funcionalidad, convirtiéndose en un estado de ser. La composición arquitectónica se basa en un eje central estricto, creando simetría y calma. Es aquel lugar que los diseñadores llaman el “paso del silencio”. Aquí no hay factores distractorios, solo ritmo, lógica y sinceridad de los materiales.

Como indica el arquitecto jefe Raimer K.O., “La tactilidad no es comodidad, sino conexión”. Y este principio permea cada detalle.

Paleta de profundidad: naranja y negro

La expresividad del diseño se basa en dos tonos poderosos: naranja y negro. No es solo una elección decorativa, sino un acto filosófico. El naranja simboliza calor y energía, el negro, profundidad y resonancia. Juntos crean un equilibrio poético: calma e impulso, respiración y latido del corazón.

Esta dialéctica recuerda la simplicidad y profundidad de la novela de Hemingway “El viejo y el mar”, que se convirtió en fuente de inspiración para el proyecto.

Diálogo a través del diseño

El espacio nació de meses de trabajo conjunto entre el equipo arquitectónico y la marca, entre la comprensión intuitiva humana y la resistencia de los materiales. Cada superficie fue probada, rechazada o refinada en diálogo, no por tendencia.

Los diseñadores rechazaron la decoración superficial. En cambio, aspiraban a crear un espacio vivo, que responda al luz, al tiempo y a la presencia.

Centro monumental: isla y bar

En el corazón de LAU se encuentra un monolito escultórico de piedra natural: lugar de encuentro, oficina y una instalación. Junto a él está un bar cuadrado de haya. Estos elementos no son decorativos, sino estructurales y simbólicos: manifiesto en masa.

Las estanterías abiertas a los lados añaden ritmo visual, dividiendo las paredes y otorgando profundidad arquitectónica. Estos elementos no ocultan nada, sino que resaltan acciones cotidianas, convirtiéndolas en gestos de diseño.

Tactilidad como filosofía

Los materiales se seleccionaron no por tendencia ni tono, sino por carácter. La algodón, la piedra, la madera y el acero crean una paleta rica de superficies que invitan a sentir y concienciar. Aquí, la tactilidad no busca consolar, sino conectar.

Las superficies del salón de exposición fueron desarrolladas para promover la presencia emocional y física, haciendo que la experiencia táctil sea una parte esencial de su lenguaje arquitectónico.

Luz como coautor

La iluminación en LAU no es solo necesidad, sino un compañero emocional. La suave iluminación ambiente forma el interior, dándole una intimidad cinematográfica. La zona de descanso, recubierta con acero inoxidable, refleja y dispersa la luz como el sol sobre una superficie acuática.

Al final del pasillo se alza un escultórico asiento metálico brillante bajo una luz suave, recordando el resplandor de una roca bajo el sol. Junto a él, un asiento de cuero negro hace una leve alusión al Mesa van der Rohe — una reverente homenaje al arte contemporáneo.

Manifiesto silencioso

LAU no es solo un salón de exposición. Es un manifiesto espacial cuidadosamente compuesto, un lugar donde los materiales respiran, la luz compone y el silencio se convierte en presencia. Es una habitación que no exige atención, pero premia a quienes se la dan.

Al eliminar lo innecesario, Raimer Büro creó un espacio que resuena en otra frecuencia, sin palabras. Aquí la forma se convierte en recipiente para el silencio, y el silencio es la mayor luxury.