Riego del césped

Pero para disfrutar de este descanso, el césped debe estar bien cuidado. Y la condición principal para mantenerlo verde, es decir, sano, es un riego oportuno y correcto. Las áreas sembradas con césped en parques urbanos o en terrenos de fincas necesitan riego sistemático.

Objetivos y tareas del riego del césped

• Reponer la deficiencia de agua en el suelo.

En periodos de sequía y durante el calor del verano, las aguas subterráneas y las escasas lluvias no pueden humedecer el suelo de forma suficiente. Si los céspedes de parque, donde crecen hierbas fuertes y altas, protegen parcialmente el sistema radicular y lo protegen de la desecación, las hierbas delgadas y cortas de los parterres y jardines están expuestas a los rayos solares directos y pueden morir rápidamente por desecación. Especialmente sensible al riego es el césped recién sembrado, en el que pronto deben aparecer las plántulas.

• Acelerar el crecimiento de la masa verde.

El agua permite el transporte de todos los nutrientes necesarios para el desarrollo normal de las plantas.

• Aumentar la resistencia del césped a enfermedades y prevenir la agresión de la vegetación invasora.

Mejor momento para regar el césped

La regla fundamental que debe seguirse sin excepción: no regar el césped bajo el sol de mediodía. Las gotas de agua sobre las hojas y la hierba pueden provocar una quemadura grave — se activará el efecto lente.

Pero tampoco conviene elegir el final de la tarde. La hierba puede no secarse a tiempo durante la noche, lo que representa una vía directa hacia el desarrollo de enfermedades fúngicas. El mejor momento para regar el césped es por la mañana (antes de las 10:00) o por la tarde (después de las 16:00).

En el primer caso, la hierba se secará antes del mediodía; en el segundo, durante la tarde y la noche. Entre riegos, el suelo debe secarse para que las raíces tengan acceso al aire. La falta de oxígeno debilitará el césped.

Cantidades y frecuencia de riego

No se debe abordar esta cuestión con una regla general. La cantidad de agua necesaria para cada césped debe ser individual, y el grado de sed puede variar según el clima, ubicación, tipo de suelo y especie de hierba.

En regiones húmedas, cultivar un césped abundante y verde es mucho más fácil que en zonas esteparias, donde las dosis de riego deben ser considerablemente mayores. En cuanto a valores promedios, típicos de las latitudes centrales de Rusia, el consumo de agua para 1 m² de césped delgado puede variar entre 0,2 y 0,4 m³, dependiendo de las condiciones climáticas y el grado de sombra.

Los suelos arcillosos (chernozem, suelos forestales grises) requieren un riego generoso — unos 10 litros por m² — con una saturación uniforme y lenta del humus con agua hasta la absorción completa. No se deben permitir formaciones de charcos.

Para comprobar si ha excedido el riego en su césped de finca, puede clavar una destornilladora o una palo a una profundidad de 15–20 cm. Un agujero recto sin agua indica un riego correcto, pero si el agujero se llena de agua, hay un claro exceso.

Un césped maduro no necesita riego muy frecuente. Aunque no llueva, basta con regarlo una vez por semana, o cada tres días en días de calor. En caso contrario, corre el riesgo de pudrición. La capa húmeda debe tener una profundidad de 15–20 cm.

Un riego escaso también provocará un desarrollo superficial del sistema radicular, amarilleo y secado de la hierba, y fomentará el crecimiento de malas hierbas. Por tanto, el equilibrio ideal será la vía media.

En un césped joven, donde aún no han brotado las plantas, el suelo debe mantenerse constantemente húmedo, por lo que debe regarse todos los días, por la mañana y por la tarde; de lo contrario, la humedad evaporada dañará las semillas.

Se debe realizar un riego adicional después de cortar el césped, deshierbar, y durante los periodos de crecimiento activo y formación de matas.

Características del riego del césped

El riego del césped se puede realizar de dos formas:

• Superficial. Puede hacerse manualmente con regaderas o mangueras con aspersores (accesorios colocados en el extremo de la manguera), o mediante sistemas de riego automático.
• Subsuperficial. Este método es preferible. El agua llega directamente a las raíces de las plantas, reduciendo así su consumo. Se puede usar incluso en terrenos complejos (pendientes pronunciadas, terrazas), y de forma continua, sin riesgo de quemaduras.

Equipos de riego

• Para céspedes pequeños

Si el área del césped es pequeña, la mejor opción es un sistema de riego por goteo — una manguera con pequeños orificios por los que el agua fluye gota a gota. Ventajas: suministro lento de agua, bajo consumo. Desventajas: riego desigual, necesidad de reemplazo después de varios años.

También puede usar un aspersor manual (accesorio en la manguera). Ventaja: el chorro se puede ajustar. Desventajas: distribución desigual del agua y gran consumo de tiempo.

• Para céspedes de tamaño medio

Las áreas de tamaño medio se riegan mejor con aspersores. El modelo específico se puede elegir según su configuración.

Para un césped rectangular, conviene comprar una boquilla oscilante para la manguera; para uno redondo, un aspersor circular, en el que la misma pieza gira en círculo. Si el terreno es irregular, el primer tipo deberá moverse con frecuencia; entre las desventajas del segundo se encuentra la humedad insuficiente en las zonas angulares.

Si el terreno permite una buena presión de agua, un aspersor pulsante es conveniente. También está diseñado para regar en círculo o por segmentos.

• Para céspedes grandes

En este caso, el mejor sistema es un aspersor de salida. Requiere una instalación subterránea de tuberías de agua y cabezas salientes-aspersores. Características principales: alta presión, chorro bajo, baja evaporación. El dispositivo es bastante costoso y laborioso de instalar.

Existen modelos con cabezas superpuestas (estacionarias), que son más económicos, aunque el corte y el desplazamiento por el césped son menos cómodos en este caso.

Funcionamiento del riego automático y sus ventajas

El riego manual requiere grandes esfuerzos físicos. Incluso regar el césped con una manguera puede cansar, mucho menos con una regadera — se gastarán tiempo y fuerzas...

Para alegría de los propietarios de céspedes, ahora están disponibles sistemas automáticos de riego, con una amplia gama de productos y precios. Antes, solo se usaban en parques centrales de las ciudades. Hoy, cualquier persona puede comprar e instalar uno en su propiedad.

Las ventajas del riego automático son evidentes:

• Ahorro de tiempo,
• no requiere intervención humana durante el proceso,
• uso racional del agua y reducción de gastos,
• posibilidad de usar sensores de lluvia.

Normalmente, este riego se realiza mediante aspersores instalados en el césped, que rocían gotas de agua. Girando, los aspersores riegan una zona circular, su movimiento está impulsado por la presión del agua. Con accesorios especiales incluidos en el kit, se puede cambiar la geometría y el área de la zona regada. Si es necesario, la función de giro siempre se puede desactivar.

Dependiendo de la forma geométrica del césped, se pueden elegir opciones óptimas. Al programar con antelación el horario de riego, puede ausentarse varios días — el sistema se activará y desactivará automáticamente, y el sensor de lluvia ajustará la programación — si llueve, el riego automático no se activará.

Programando el riego para un momento de bajo consumo de agua (por ejemplo, en áreas rurales con suministro centralizado), cuando la presión del sistema de agua es más alta, se puede ahorrar también en electricidad, ya que se reducirán los gastos de bombeo con una bomba autónoma, y el equipo de bombeo funcionará en modo de ahorro. Todos los conductos están bajo tierra; solo se ven los aspersores verticales, por lo que la apariencia del césped no se verá afectada.

El riego automático libera a los propietarios de trabajos tediosos, y las plantas pueden recibir agua de forma equilibrada y regular. Además, la capa superior del suelo nunca se seca, permitiendo que la tierra alrededor de las raíces del césped se mantenga húmeda.