Cómo un diseñador restauró una casa antigua en Londres

La oficina británica Janine Stone & Co frecuentemente trabaja con clientes rusos y conoce sus gustos, pero en este caso, además de los deseos del propietario de la casa, la directora de la oficina, Janine Stone, tuvo que guiarse también por las indicaciones de la Ley de Protección del Patrimonio Histórico.

Los británicos cuidan estrictamente que el entorno urbano histórico no se destruya. La ley protege no solo monumentos arquitectónicos e históricos, sino también edificios antiguos que dan encanto a los centros urbanos.

La casa construida durante el período del Príncipe Regente, es decir, al inicio del siglo XIX, automáticamente entra en la categoría de edificios protegidos por ley, y no se puede remodelar sin permiso de las autoridades locales.

Proceder como se hace a menudo en Rusia — es decir, comenzar la construcción y luego intentar coordinar los cambios — es imposible en Londres; primero hay que obtener el permiso de la comisión competente, y solo entonces comenzar el trabajo. Y tratar de hacer los mínimos cambios posibles en la distribución histórica del edificio.

Janine logró encontrar un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo: la casa resultó completamente moderna, aunque su disposición de habitaciones sigue siendo tradicional para la capital británica. Solo se trasladó la cocina del sótano al primer piso, más cerca de la sala comedor.

En el sótano se ubicó el salón de cine doméstico, una habitación para invitados y los espacios funcionales. Desde allí se puede acceder a un encantador pequeño jardín en el patio interior.

El primer piso, además de la cocina y el comedor, alberga la sala de juegos infantil, la oficina y el salón con salida a una terraza soleada. En los pisos superiores están las habitaciones para dormir y los cuartos de los niños — la familia tiene tres hijos.

El mobiliario fue adquirido de proveedores con los que Janine trabaja regularmente, y se envió a Londres desde diferentes continentes. Algunos artículos fueron hechos bajo pedido, por ejemplo, un armario para discos de vinilo que colecciona el propietario de la casa.

Tiene otro pasatiempo: es un apasionado jugador de ajedrez. Por eso, junto al salón hay una sala de ajedrez con paredes forradas en palisandro. La mesa de ajedrez antigua y las piezas antiguas fueron traídas por Janine desde Alemania; sin ellas, como ella cree, el interior no se vería completamente terminado.