Aislamiento de paredes

Con una mala aislamiento de paredes, aproximadamente el 40 % del calor se escapa al exterior, lo cual, sin duda, es un lujo inaceptable.

El término aislamiento se refiere a métodos y elementos de protección de edificios, espacios, techos y otras estructuras contra el intercambio térmico no deseado con el medio ambiente exterior. Además, este grupo incluye también los materiales utilizados como elementos de protección para conservar el calor.

Tipos de aislamiento de paredes

Existen dos tipos principales de aislamiento de paredes: externo e interno.

En el aislamiento externo, la estructura portante puede almacenar calor, lo que minimiza las pérdidas térmicas. Además, el aislamiento externo permite cubrir toda la superficie del fachada con el material aislante, eliminando los puentes térmicos y, en consecuencia, reduciendo las pérdidas de calor.

Los principales métodos de aislamiento externo son:

• sistema de fachada ventilada (método seco): se utiliza lana de vidrio o lana mineral como material aislante;
• recubrimiento del aislante con revoco (método húmedo): placas minerales o aislante de poliestireno se fijan a las paredes exteriores, y luego se cubren con una delgada capa de revoco;
• el aislante se introduce directamente en la pared durante la fase de construcción.

El aislamiento interno protege la placa de pared en los puntos de máxima pérdida de calor, aunque reduce al mismo tiempo el área útil interior. Para ello, se construye un marco dentro de la habitación, que se llena con un aislante. Al elegir el aislante, es importante tener en cuenta su conductividad térmica, durabilidad y calidad ecológica.

Materiales para el aislamiento de paredes

Los materiales utilizados para el aislamiento de paredes se clasifican según su materia prima en:

• orgánicos: poroplasto, poliuretano, penoplex, polietileno, espuma de vidrio;
• inorgánicos: lana mineral, espuma de vidrio, fibra de vidrio, hormigones celulares y otros;
• mixtos: perlita, productos a base de amianto.

Según su forma, los materiales aislantes pueden ser:

• rígidos: bloques, ladrillos, placas;
• flexibles: cordón, cinta, colchones, almohadas;
• en gránulos;
• fibrosos;
• en polvo;
• granulares.

Como vemos, el aislamiento de paredes permite reducir significativamente las pérdidas de calor, hacer las viviendas más cálidas y cómodas para vivir. Pero para alcanzar el ideal, no basta con garantizar la conservación del calor. También son importantes las obras de acabado correctamente realizadas (por ejemplo, la colocación de baldosas) y los conductos para cables bien diseñados.