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Dejé de comer después de las 18:00 y esto es lo que pasó: semana tras semana

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Cómo dejar de comer por la noche puede cambiar tu bienestar

Importante: Antes de cambiar tu rutina alimenticia, consulta siempre con un médico. Dejar de comer por la noche puede no ser recomendable en algunos casos como enfermedades crónicas, embarazo, lactancia o cuando se tiene un azúcar irregular en sangre. La experiencia descrita aquí no es una recomendación médica sino una historia personal.

Me llamo Eva y durante los últimos seis meses he estado practicando ayuno intermitente con una ventana de alimentación hasta las 18:00. Te contaré cómo esto cambió mi bienestar, con qué dificultades me enfrenté y por qué ahora no quiero volver a mi antiguo régimen alimenticio.

Lo más importante de la publicación:
  • La primera semana es la más difícil, el cuerpo se reconfigura;
  • Tras 21 días se forma un nuevo hábito;
  • Es importante beber suficiente agua;
  • Es necesario distribuir adecuadamente las calorías durante el día;
  • Es necesario descansar bien, si no aumenta la tentación de comer;
  • En el primer mes baje 3 kilos.
¿Por qué decidí probar no comer después de las 18:00?

Al igual que muchos empleados de oficina, mi día estaba lleno de meriendas y la comida principal era por la noche. Después del trabajo podía comer un almuerzo completo, y unas horas más tarde una cena. Problemas frecuentes con el sueño y cansancio matutino me hicieron pensar en cambiar mi rutina alimentaria.

Growfood Primera semana: qué sucede con el organismo

Lo más difícil fue el periodo entre las 19 y las 21 horas. En ese momento sentía hambre y junto con eso irritabilidad. Para superar esto, preparaba antelación té de hierbas y tenía un vaso de agua a mano.

Al cuarto día, el cuerpo comenzó a acostumbrarse al nuevo patrón. Observación clave: se volvió más fácil conciliar el sueño y desapareció la sensación de pesadez antes de dormir.

¿Cómo reconfiguré mi día?

Tuve que cambiar seriamente mi horario:

  • El desayuno pasó a ser a las 8:00;
  • El almuerzo completo fue a las 13:00;
  • Una merienda ligera a las 16:00;
  • La última comida no más tarde de las 18:00.

Me enfocaba especialmente en el desayuno. Antes era solo una taza de café con un sándwich, ahora preparaba una comida completa con proteínas y carbohidratos complejos: avena con huevo, queso cottage con pan integral o un huevo con verduras.

Descubrimientos inesperados

Al final del primer mes noté cambios interesantes:

  • Desaparecieron los despertares nocturnos para merendar;
  • Mejoró la calidad del sueño;
  • Aumentó mi energía matutina;
  • Me resultaba más fácil concentrarme en el trabajo;
  • Disminuyeron los hinchazones.

Pero también hubo dificultades. En las primeras semanas sentí una fuerte tentación dulce alrededor de las 17:00. Ayudó aumentar la porción del almuerzo y agregar grasas saludables a mi dieta.

Lo que dice la ciencia

Los estudios demuestran que tener un largo periodo sin comer ayuda al organismo a absorber mejor los nutrientes y regular el nivel de azúcar en sangre. También se utiliza este tiempo para la recuperación celular, un proceso llamado autofagia.

Reglas importantes que no se pueden ignorar
  1. No se puede dejar completamente la cena si:

    • Tienes enfermedades crónicas;
    • Practicas deporte por la tarde;
    • Tienes azúcar irregular en sangre;
    • Estás embarazada o amamantando.

  2. Es necesario:

    • Mantener un buen régimen hídrico;
    • Cuidar la calidad de la dieta;
    • Escuchar a tu cuerpo;
    • Consultar con un médico ante cualquier síntoma preocupante.
Sugerencias prácticas para quienes desean probarlo
  • Es mejor comenzar poco a poco. Primero mueve la cena a las 19:00, luego a las 18:30 y así sucesivamente. Esto ayuda al cuerpo a adaptarse sin estrés.
  • Prepara una lista de tareas para la noche que te distraigan de los pensamientos sobre comida: lectura, caminatas, hobbies. Una bañera caliente por la noche puede ayudarte a relajarte y dormir más rápido.
  • Lleva contigo en el trabajo meriendas saludables: nueces, frutas, yogur. Ayudan a evitar el hambre excesiva por la tarde.
Mi dieta actual

Después de seis meses experimentando encontré el mejor régimen para mí:

  • 8:00 - Desayuno sólido: avena con frutas y nueces o huevos revueltos con aguacate;
  • 11:00 - Merienda ligera: manzana con una mano de nueces;
  • 13:00 - Almuerzo: sopa o plato principal con gran cantidad de verduras;
  • 16:00 - Merienda ligera: queso cottage con frutas o verduras con hummus.
Cambios observados en seis meses

El logro principal no fue la pérdida de kilos (aunque también disminuyó mi peso), sino una mejora en la calidad de vida. Me despertaba mejor, tenía más energía y desapareció mi somnolencia diurna.

Pero es importante entender: lo que funcionó para mí puede no funcionar para ti. Antes de cambiar tu dieta, consulta siempre con un médico y realiza exámenes básicos. Cualquier cambio en la alimentación debe ser progresivo y cómodo para tu cuerpo.

Dejar de comer tarde no es una píldora mágica para adelgazar ni mejorar la salud. Solo es una herramienta que puede ayudarte a sentirte mejor si se aplica correctamente y sin contraindicaciones.

Imagen de portada: freepik.com