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Cilindros, panal y secretos: qué esconde la casa de Melnikov en los callejones moscu
Diseño inusual, arquitectura única y secretos históricos que se esconden tras las paredes de esta casa
Imaginad que caminan por los tranquilos callejones de Moscú y de repente se encuentran con un edificio, como si hubiera aterrizado del futuro. No, esto no es una escena de una película de ciencia ficción. Es una casa real construida hace casi cien años. La casa de Melnikov es un enigma verdadero entre los viejos palacios de Moscú. ¿Cómo apareció? ¿Por qué su forma es tan inusual? Y ¿qué se esconde tras sus paredes hoy en día?
Constantin Melnikov: arquitecto innovador
Antes de hablar de la casa, conozcamos a su creador. Konstantin Stepanovich Melnikov nació en 1890 en una humilde familia campesina. A pesar de su origen modesto, logró obtener una educación y se convirtió en uno de los arquitectos más destacados de su época.
Melnikov se hizo famoso por sus proyectos innovadores en las décadas de 1920. Creó el famoso pabellón de la URSS en la exposición internacional en París, construyó varios clubes laborales en Moscú y un garaje para autobuses en la calle Novoriazanskaya. Sus obras destacaban por sus formas audaces y soluciones no convencionales.
Sin embargo, en las décadas de 1930, el estilo de Melnikov dejó de ajustarse a la línea oficial en arquitectura. Ya no lo invitaban a concursos y rechazaban sus proyectos. Fue entonces cuando la casa taller se convirtió para el arquitecto no solo en vivienda sino también en refugio donde podía continuar creando.
El sueño de dos cilindros: cómo nació la idea de la casa OVNI
En 1927, Melnikov decidió construir la casa de sus sueños para su familia. Pero en lugar de un edificio común con cuatro paredes, ideó algo completamente loco para la época: dos cilindros insertados el uno en el otro.
¿Por qué cilindros? Melnikov creía que la forma circular ahorraba materiales y espacio. Además, quería demostrar que incluso en un estrecho callejón moscu se podía crear algo revolucionario.
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De la idea a la realidad: historia de construcción
La construcción comenzó en 1927 y tomó aproximadamente dos años. Fue un período difícil para el país, y Melnikov tuvo que superar muchos obstáculos.
Primero, el arquitecto tuvo que luchar durante mucho tiempo para obtener permiso de construcción. Las autoridades se mostraban escépticas ante el proyecto inusual. Pero Melnikov fue persistente y finalmente obtuvo un terreno en el callejón Krivoarbatsky.
La construcción se llevó a cabo principalmente manualmente. Melnikov mismo dirigía el proceso, a menudo subiendo a las vigas y mostrando a los trabajadores cómo y qué hacer. Utilizó tecnologías innovadoras para la época, como estructuras de madera ensambladas para el hormigón.
Ventanas en forma de panal y habitaciones transformables: dentro de la casa del futuro
Si desde afuera la casa impacta por su forma, dentro es igual de sorprendente. Melnikov ideó una distribución inusual: casi no hay ángulos rectos en la casa y las habitaciones pueden transformarse fácilmente.
La gran característica son las ventanas en forma de panal. Hay decenas de ellas, y crean un asombroso juego de luz dentro del edificio. La hija del arquitecto recordaba que su padre decía: “En mi casa siempre hay sol, incluso cuando no lo hay afuera”.
También tenía su propio sistema de ventilación y calefacción, cuidadosamente diseñado hasta el más mínimo detalle. En verano es fresco y en invierno cálido, ¡y sin aire acondicionado moderno!
Foto: pinterest.comMateriales y estructura: secretos de la resistencia
La casa de Melnikov no solo tiene una forma inusual, sino también una solución ingenieril única. Las paredes están hechas de ladrillo sin usar armadura metálica. En lugar de eso, Melnikov usó un sistema especial de construcción en ladrillo que garantizaba la resistencia estructural.
Para el aislamiento de las paredes se utilizó escoria de coque, un subproducto de la producción metalúrgica. Era una solución económica y eficiente.
Las losas del edificio son de madera, lo cual era común para la época. Pero Melnikov utilizó una construcción especial de vigas que permitía crear grandes espacios abiertos dentro del edificio.
Las famosas ventanas hexagonales están hechas de madera. Su forma no solo es estética sino también funcional: permite distribuir uniformemente la carga sobre las paredes.
El mundo interno de los cilindros: distribución y servicios
La casa consta de tres pisos. En el primer piso está la sala de estar amplia, cocina y comedor. En el segundo están los dormitorios. Es interesante que Melnikov diseñó dos dormitorios separados para él y su esposa, conectados por una terraza común. El tercer piso es el espacio de trabajo del arquitecto, un gran taller luminoso.
Una de las características más interesantes de la casa es la posibilidad de transformar el espacio. Melnikov diseñó un sistema de particiones deslizantes que permitían cambiar la distribución según las necesidades familiares.
Para su época, la casa estaba equipada con bastante avance. Contaba con un sistema central de calefacción, ventilación natural bien planificada, agua potable y alcantarillado, electricidad.







Foto: pinterest.comDe casa habitable a museo: viaje a través del tiempo
La casa de Melnikov ha vivido muchos eventos. Al principio era simplemente vivienda para la familia del arquitecto. Ahí crecieron sus hijos y ahí trabajó en nuevos proyectos.
En las décadas de 1930, Melnikov fue desfavorable ante las autoridades. Sus ideas innovadoras no se ajustaban a la arquitectura oficial de la época. La casa se convirtió en su refugio y taller donde continuó creando a pesar de las prohibiciones.
Después de la muerte del arquitecto en 1974, la casa no quedó vacía. Allí vivió su hijo, el artista Viktor Melnikov. Conservó la casa en el estado que su padre la había ideado.
Lucha por el legado: cómo la casa se convirtió en museo
Un papel importante en la preservación de la casa lo jugó la hija del arquitecto, Ludmila Melnikov. Tras la muerte de su padre, luchó activamente para que la casa recibiera el estatus de monumento arquitectónico. Gracias a sus esfuerzos y apoyo de la sociedad civil, en 1988 la casa Melnikov fue reconocida como objeto de patrimonio cultural.
Sin embargo, el camino para convertir la casa en museo fue largo. Solo en 2014, tras años de disputas y juicios, la casa finalmente se convirtió en museo. Ahora cualquiera puede ver esta maravilla arquitectónica desde el interior. Aunque entrar no es fácil: las excursiones se realizan solo para pequeños grupos para preservar la delicada atmósfera de la casa.
Secretos y leyendas de los cilindros de concreto
Pero lo que no es leyenda es la acústica de la casa. Gracias a su forma cilíndrica, se crea un efecto extraño: el susurro de un extremo a otro de la habitación es perfectamente audible. Imaginen cómo era para los hijos de Melnikov: ¡no había secretos entre padres e hijos!
Otra curiosa característica es el color de la casa. Ahora es gris, pero originalmente Melnikov quería pintarla de un brillante color amarillo. ¿Imaginan cómo se habría destacado entre otros edificios?
La casa que sobrevivió a todo
La historia de la casa Melnikov es una historia de supervivencia. Durante el período soviético, querían demolerla, considerándola “un exceso formalista”. Luego vino un tiempo en que la casa lentamente se desmoronaba por falta de mantenimiento.
Pero la casa resistió. En gran parte gracias a la familia Melnikov y a los entusiastas que luchaban por su preservación.
Hoy en día, la casa Melnikov es un objeto de patrimonio cultural de Rusia. Está incluida en la lista mundial de edificios amenazados con ser destruidos. Pero ahora no corre peligro de demolición, más bien el desafío está en preservarla para las generaciones futuras.
Esta casa no es solo un monumento arquitectónico. Es una manifestación viva de ideas que incluso hoy parecen futuristas. Nuestra tarea es preservar no solo las paredes, sino también el espíritu de este lugar.
La casa Melnikov hoy: lugar de peregrinación para arquitectos
Hoy en día, la casa Melnikov es una verdadera Meca para arquitectos de todo el mundo. Allí vienen para ver cómo formas geométricas simples pueden crear algo extraordinario.
Pero la casa interesa no solo a especialistas. Visitantes comunes también están encantados. Muchos dicen que al visitarla, comienzan a ver el espacio a su alrededor de una manera diferente.
La casa Melnikov no es solo un antiguo edificio. Es un símbolo de cómo una idea atrevida puede sobrevivir a su tiempo y seguir inspirando a las personas durante décadas. ¿Quién sabe? Tal vez mientras caminamos por los callejones moscu y miramos esta increíble casa, alguien de nosotros también decida convertir en realidad su más loco sueño.
Portada: mosproektkompleks.ru
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