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Tierra para césped
Un césped hermoso, plano y cubierto de hierba verde brillante es uno de los elementos clave de un terreno bien cuidado. Por supuesto, para crear un césped decorativo frente a su cabaña se requiere mucho esfuerzo, paciencia y ciertas habilidades de mantenimiento. Pero el factor más importante, sin el cual ninguna planta puede desarrollarse correctamente, es el suelo fértil, el suelo que contiene todos los componentes necesarios para las plantas.
Desafortunadamente, la calidad del suelo en la mayoría de los terrenos deja mucho que desear. No solo porque el suelo en sí mismo no destaca por su alta fertilidad — la agotamiento del suelo o la contaminación por diversos compuestos químicos a menudo impiden la siembra de césped sin una preparación previa. Además, después de construir una nueva casa, la capa natural de suelo fértil a menudo se destruye por completo con maquinaria pesada, o queda tan dañada que ni siquiera se puede hablar de siembra.
Por eso, para instalar céspedes decorativos en las parcelas, se debe traer suelo fértil enriquecido con turba, arena o terrón negro, bien abonado y completamente listo para la siembra de plantas de césped. Si el suelo en su parcela ya está en buen estado y no es necesario traer suelo previamente preparado, aún así se requiere una cierta preparación previa.
Propiedades físicas de diferentes tipos de suelo
Las plantas, como todos los seres vivos en nuestro planeta, respiran. Por lo tanto, el indicador más importante que debe poseer la capa superior del suelo bajo un césped decorativo es su alta porosidad. Justamente la porosidad óptima garantiza el intercambio gaseoso adecuado entre el suelo y el aire atmosférico, asegurando así condiciones ideales para la vida de las plantas de césped.
Para determinar en qué medida el suelo de su parcela cumple con los estándares para la creación de un césped, primero debe identificar sus propiedades físicas. Solo después de esto se pueden tomar medidas para mejorar su composición y calidad.
Existen varios tipos principales de suelo, comunes en todo el país. Determinar su composición física es muy sencillo incluso al tacto, simplemente tocando el suelo con los dedos.
El suelo arcillo-arenoso es una tierra suelta compuesta por pequeños grumos. Es ideal como capa subyacente para cualquier tipo de césped.
El suelo de consistencia casi homogénea que mantiene su forma al comprimirlo en el puño se llama arcilla arenosa. Permite el paso fácil del agua, por lo que no es muy adecuado para la plantación de césped. Durante su uso, gran parte de los fertilizantes se lavan rápidamente, y las plantas necesitan una nueva alimentación. Para mejorar la arcilla arenosa hasta un estado adecuado, será necesario un gran esfuerzo tanto en la etapa previa de instalación del césped como en el mantenimiento posterior.
El suelo arcilloso puro no es adecuado para céspedes en absoluto. Esta tierra completamente homogénea, densa e impermeable contiene muchos nutrientes, pero prácticamente no deja pasar el agua. Así, durante la lluvia, el agua se acumula en la superficie, y en clima seco, el suelo arcilloso se agrieta y se convierte en una piedra dura.
La arcilla pertenece a los tipos más pesados de suelo y prácticamente no sirve para crear césped. Tiene una consistencia homogénea, blanda y que bien mantiene su forma bajo cualquier deformación mecánica. El agua atraviesa este tipo de suelo muy lentamente, por lo que para crear un hermoso césped, se necesitará mucho esfuerzo.
Tampoco se recomienda usar el compost puro para plantas de césped. Este suelo casi negro con olor característico permite una excelente permeabilidad al agua. Pero, desafortunadamente, precisamente por esto se oxida rápidamente, lo que conduce a un deterioro del estado del césped, enfermedades en las hierbas y aparición de malas hierbas. Además, el compost tiene mala porosidad y no puede garantizar una ventilación adecuada del sistema de raíces de las plantas.
Si el suelo de su parcela pertenece a uno de los tipos inadecuados para la creación de césped, no significa que deba renunciar para siempre a su sueño de un hermoso césped. Simplemente se necesitarán más esfuerzos para mejorarlo. Además, para cada tipo de suelo se deben tomar medidas específicas de rehabilitación.
Cómo mejorar la composición del suelo para el césped
Los suelos pesados arcillosos y los suelos ligeros arenosos necesitan una mejora previa. Primero se puede lograr mediante la adición de abonos orgánicos y compost, que mejoran el equilibrio agua-aire y aumentan la fertilidad del suelo de forma significativa.
Además del compost, se puede enriquecer el suelo arcilloso con turba, que actuará como un excelente aflojador. Del mismo modo, se utiliza turba en suelos ligeros arenosos, pero con el objetivo de mejorar sus propiedades de retención de agua.
No obstante, hay que recordar que la turba debe distribuirse de forma uniforme sobre la superficie del césped y mezclarse cuidadosamente con el suelo base. Si se ignora esta regla, las plantas sembradas en la capa superior de turba morirán rápidamente por falta de humedad. Además, para enriquecer el suelo bajo el césped se recomienda utilizar turba de zonas bajas, que contiene mucho más nutrientes útiles que la turba de zonas altas.
La arcilla arenosa, el suelo arcilloso y la arcilla necesitan también, en la etapa previa, un tratamiento obligatorio con arena. Se realiza directamente antes de la labranza, mediante la adición de arena a razón de 5 a 15 kg por metro cuadrado, dependiendo del tipo de suelo pesado.
Se puede mejorar la calidad del suelo arcillo-arenoso mediante el cultivo de plantas de cobertura, como la rábida silvestre o el lúpulo. Gracias a este tratamiento natural previo, el suelo se enriquece con nutrientes, y al enterrarlo se aumenta su cohesión, lo que favorece la retención de componentes orgánicos y mejora las propiedades físicas del suelo en general.
En cuanto al suelo sobrecargado con compost, se deben aplicar medidas de preparación completamente diferentes. Dado que este tipo de suelo se oxida rápidamente, antes de sembrar el césped es necesario determinar su acidez. Para ello, se envían muestras de suelo a un laboratorio especializado.
Se considera ideal, es decir, normal para la creación de un césped, una acidez del suelo de al menos 6,5–7. Cuanto mayores sean las desviaciones de estos valores, más mantenimiento requerirá el césped. Para reducir el nivel de acidez, el suelo debe tratarse con productos calizos, y para aumentarlo, se deben aplicar fertilizantes ácidos.
Finalmente, cualquier suelo antes de sembrar semillas debe abonarse bien con fertilizantes especializados. Lo más importante para el buen funcionamiento del césped es la presencia de proporciones óptimas de nitrógeno, fósforo y potasio, con una relación de 3:1:2,5. Por lo tanto, antes de sembrar las semillas de hierba de césped, es necesario equilibrar la concentración de estos elementos en el suelo mediante la adición de fertilizantes adecuados.







