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Aislamiento térmico de cubiertas

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La cubierta (techo) es el elemento más débil de toda la estructura del edificio en cuanto a pérdidas de calor. La dirección del flujo térmico hacia arriba provoca mayores pérdidas de calor en comparación, por ejemplo, con el sótano o las paredes. Las pérdidas de calor a través de una cubierta no aislada pueden alcanzar hasta un 30 % de todas las pérdidas de calor en una vivienda unifamiliar.

Por ello, para una utilización eficiente y duradera de cualquier edificio, la instalación del aislamiento térmico de la cubierta debe realizarse sin errores y de forma profesional.

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Uno de los factores más importantes que influyen en estos indicadores es el régimen térmico e higrométrico, cuya estabilidad puede garantizar un material aislante específico. Para el aislamiento de cubiertas se utilizan materiales y métodos de aislamiento térmico que más eficazmente preservan el calor en el edificio según las normas y regulaciones vigentes. El aislante debe tener una cierta permeabilidad al vapor (permitir el paso de vapor, permitiendo que el techo respire) y baja permeabilidad al agua (no permitir el paso del agua).

Tipos de aislantes para el aislamiento térmico de cubiertas

Para la instalación del aislamiento térmico de cubiertas se utilizan ciertos grupos de materiales — aislantes de cubierta — que se diferencian por su conductividad térmica, permeabilidad al vapor, propiedades hidrofugas y mecánicas, así como por su resistencia al fuego, durabilidad, comodidad de trabajo y, por supuesto, por su precio.

La característica principal de los aislantes es su densidad media, medida en kg/m³. Todos los aislantes se clasifican según su densidad en muy ligeros, ligeros, medianos y densos. Un aislante de alta densidad no necesariamente proporciona mejores resultados de aislamiento térmico, pero soporta mayores cargas mecánicas, al mismo tiempo que aumenta la carga sobre las estructuras portantes del edificio. El valor de densidad del aislante puede variar de 20 a 200 kg/m³.

Principales tipos de aislantes

  • La lana mineral y la lana de basalto. Fabricadas a partir de fibras de roca en forma de placas o rollos de diferentes tamaños. Pueden colocarse en una o varias capas para lograr el resultado deseado. Presentan baja higroscopicidad, buena aislamiento acústico y no son inflamables. Durante la fabricación, el aislante de lana mineral debe someterse obligatoriamente a pruebas toxicológicas y radiológicas.
  • El fibra de vidrio y la lana de vidrio. Este material destaca por su alto nivel de absorción acústica, bajo peso y precio relativamente bajo, y en sus características de aislamiento térmico no se diferencia de otros aislantes.
  • El poliestireno expandido (espuma de poliestireno) y el poliestireno expandido extruido (PENOPLEX). Ambos materiales son fáciles de trabajar, ligeros, con baja conductividad térmica y prácticamente no absorben humedad. Se diferencian en sus propiedades térmicas, por ejemplo, el PENOPLEX es prácticamente impermeable al aire, mientras que el poliestireno expandido tiene buena permeabilidad al aire. Ambos materiales son inflamables, pero la aplicación de una capa de protección antifuego o una impregnación con antipirina resuelve este problema.
  • El Penofoam. Es un aislante compuesto de polietileno espumado, revestido con una lámina de aluminio en una o ambas caras. Se caracteriza por baja conductividad térmica, baja absorción de humedad y baja espesor.

Aislamiento de cubiertas inclinadas y áticos

El aislamiento de cubiertas se realiza mediante dos métodos principales: aislamiento monolayer o aislamiento bilayer. El proceso de instalación requiere que toda la capa de aislamiento tenga la misma densidad.

Las cubiertas inclinadas sobre vigas pueden aislarse con materiales de baja densidad — de 25 a 50 kg/m³ — diseñados únicamente para exposición atmosférica y térmica.

Para el aislamiento de áticos, se utilizan comúnmente materiales aislantes ligeros, como placas de fibra de vidrio y lana mineral con densidad hasta 30 kg/m³, que no generan una carga adicional significativa sobre el edificio. Para evitar la infiltración de aire y la pérdida de calor, la superficie del aislante se cubre con una capa de sellado hidro- y aislante al viento, y se coloca una capa de material aislante al vapor desde abajo.

Aislamiento de cubiertas planas

En la construcción de nuevos edificios, el método tradicional para cubiertas planas es el aislamiento bilayer, donde la capa inferior cumple la función principal de aislamiento térmico, y la capa superior distribuye la carga sobre toda la estructura de aislamiento. El método monolayer se utiliza durante reparaciones o renovaciones de cubiertas antiguas.

Para cubiertas planas es necesario utilizar aislantes densos capaces de soportar cargas significativas causadas por el agua y la nieve, que a menudo se acumulan en estas cubiertas. Las cubiertas planas de chapa corrugada pueden aislarse con placas de lana mineral, de basalto o de poliestireno con densidad hasta 220 kg/m³. Las cubiertas planas sobre placas de hormigón armado, debido a su gran peso y posibles cargas de uso y de nieve, deben aislarse con materiales aún más densos, como placas PPSJ-200.

Aislamiento de cubiertas de paneles sandwich

Las cubiertas construidas con paneles estructurales se aíslan con los materiales más ligeros (por ejemplo, basaltos o minerales) con densidad hasta 70 kg/m³.

Los paneles sin estructura están sujetos a cargas de viento y mecánicas temporales, por lo que deben aislarse con materiales de mayor densidad, entre 50 y 100 kg/m³.

Aislamiento por rociado

Esta es una de las formas más modernas de aislamiento. La aplicación se realiza sobre superficies de cualquier configuración. La espuma de poliuretano se aplica desde el interior sobre todos los elementos de la estructura, expandiéndose y llenando todas las juntas, fugas y cavidades. No hay juntas y no se requiere fijación adicional. El material es resistente a la putrefacción y a la acción de microorganismos, y tiene una vida útil de al menos 30 años.

Una instalación de aislamiento bien realizada permitirá ahorrar significativamente en el costo de calefacción del hogar.