Césped hecho a mano

Es bastante fácil crear un césped tú mismo, solo necesitas seguir unas reglas sencillas pero obligatorias.

Preparación del suelo para el césped

Primero, decide el lugar donde crearás tu pradera verde. Usa estacas y cuerdas para marcar el contorno. Estos límites también te ayudarán a determinar la altura deseada del césped.

Luego, retira todo lo que impida la labranza: piedras, raíces, decoraciones del jardín, etc.

Preparación del suelo

Analiza el tipo de suelo en tu terreno. Si no es adecuado para sembrar césped, por ejemplo, si es tierra de excavación para cimientos, debes remover esa capa hasta 15 cm de profundidad y reemplazarla con tierra fértil mezclada con fertilizantes adecuados. Si el suelo es muy arcilloso, lo mejor es mezclarlo con arena. No está de más añadir turba, tierra negra y abonos.

Para evitar luchar contra malas hierbas que arruinarán el aspecto del césped, debes eliminarlas antes de sembrar. Para ello, retira todas las raíces y tallos de plantas indeseadas. Existen dos métodos: mecánico (manual) y químico.

El método manual no garantiza eliminar completamente todos los sistemas radiculares y tallos. Además, estar mucho tiempo encorvado hacia abajo no es bueno para tu salud.

El método químico es moderno y seguro si se siguen las recomendaciones. Se usan comúnmente productos como Roundup o sus equivalentes. Rocía el área con una solución preparada exactamente según las instrucciones del envase. Como el tiempo de descomposición de estos productos químicos es de aproximadamente dos semanas, espera antes de sembrar las semillas.

El siguiente paso obligatorio es compactar el suelo. Los profesionales usan rodillos especiales. Puedes usar una plancha de madera o metal. Coloca la plancha sobre el suelo, camina sobre ella, luego desplázala hacia adelante y vuelve a compactar, repitiendo el proceso por toda la superficie del futuro césped. Lo importante es que el suelo quede uniformemente compactado a la misma altura, sin huellas de pisadas.

Siembra del césped

Al elegir semillas, debes entender claramente para qué lo necesitas. Existen los siguientes tipos:

• jardín o césped de parque;
• decorativo o césped de parterre;
• morisco;
• deportivo o de larga duración.

El césped decorativo o de parterre es el más exigente en mantenimiento y uso. Sirve principalmente para embellecer tu jardín o lograr objetivos de diseño, y no soporta mucho tránsito.

El césped morisco es una mezcla de semillas de gramíneas y semillas de plantas floridas, que crea una alfombra verde decorativa, mezclada con colores vivos.

El césped de jardín o de parque es poco exigente y tolerante. Soporta bien cuando el dueño olvida ocasionalmente regarlo o cortarlo.

El más resistente al desgaste es, por supuesto, el césped deportivo. Se recomienda instalarlo en áreas verdes donde se realicen juegos infantiles, actividades o competencias.

Antes de sembrar, pasea con una horquilla sobre el suelo compactado. La densidad de siembra recomendada está en el empaque, así que es mejor seguirla. Si ahorras, habrá zonas desiertas; si sembras demasiado, el césped se volverá demasiado denso, lo que dificultará su nutrición normal.

Sigue la regla del cruce al sembrar: camina a lo largo del terreno, esparciendo las semillas, luego camina de lado a lado. Así, las semillas se distribuirán de forma uniforme. Luego, cubre las semillas con unos 2 cm de tierra, distribuyéndola con la horquilla.

El riego posterior debe hacerse con una regadera o manguera con baja presión y boquilla difusora, para no arrastrar las semillas hacia la superficie.

Regar el césped nuevo cada día, pero no con mucha fuerza. Los primeros brotes aparecerán en menos de una semana, y el césped estará completamente verde en menos de un mes.

La primera poda solo se puede hacer cuando la hierba haya crecido más de 7 cm.

Listo, tu césped está listo. Disfruta de su agradable verde, pero no olvides cuidarlo.