Cómo en un solo terreno se alojaron tres generaciones de una familia

Edward y Ginny son los verdaderos dueños de la casa — siempre quisieron reunir varias generaciones en un solo lugar. Y así sucedió. Ahora los padres de Edward, Sandra y Andy, viven a solo dos metros de la casa de sus hijos y comparten las responsabilidades del manejo de la granja de 48 hectáreas en los suburbios de Australia. Y los nietos — Frederick, Evelyn y Arthur — junto con el "hillbilly" australiano llamado Rosie son sus frecuentes invitados.

La idea de reunir a toda la familia y dedicarse a la agricultura surgió para Edward y Ginny después de varios años viviendo y trabajando en Sri Lanka e Inglaterra. Allí, lejos de casa, tomaron la decisión definitiva de regresar a Australia y darles a sus hijos la infancia en una granja.

Para asegurarse de que puedan dedicarse toda la vida a la agricultura, Edward y Ginny decidieron vivir con sus padres en la casa cercana a una pequeña granja. La pareja pasó allí cuatro años y se dio cuenta: la vida de granjero les gusta. Con el tiempo, la idea de comprar una granja se desarrolló tan naturalmente como la idea de hacerlo todo juntos.

Andy siempre quiso gestionar la granja. Y nuestro hijo lo hizo posible.

Al inicio del traslado, la principal misión era que cada familia tuviera su propia casa. Para ahorrar y terminar el arreglo más rápido, los dueños decidieron traer la mayor cantidad de estructuras y materiales desde la casa parental.

Pero la idea más inusual y al principio imposible fue trasladar una pequeña cabaña que alguna vez fue un vagón de invitados cerca de la casa parental de Edward. Ahora se convirtió en una cabaña de invitados en la granja.

Cuando toda la familia se mudó, en su terreno solo había dos edificaciones: la granja que ahora está siendo renovada y el cottage del antiguo gerente de la granja, donde viven Sandra y Andy. La casa de los padres se dejó igual, el único cambio fue la terraza añadida que conecta la casa de los dueños con el ala del dormitorio infantil en la casa de Edward y Ginny.

Ambas casas tienen una distribución cuadrada con habitaciones tradicionalmente pequeñas y una galería.

El interior es colorido, cálido y acogedor para una familia. A pesar de la gran cantidad de detalles llamativos, todos ellos se armonizan gracias a las paredes y pisos blancos de madera natural.

El interior de nuestra casa es exactamente igual al de la casa de los padres de Edward, ya que trajimos casi todo desde allí. La cocina, los dormitorios e incluso el baño. Lo único que cambia es la vista desde la ventana.

Dentro hay muchos elementos del estilo rústico (countryside): flores, textiles de lino y algodón y muebles hechos de madera natural.

Además de la iluminación habitual en la casa, hay muchos sofá-lámparas, lámparas de escritorio hechas a mano y velas antiguas que complementan la imagen general del interior.

El baño luce fresco gracias al uso de los colores blanco y azul. El taburete azul y las cortinas con motivos florales que combinan con él añaden acentos vibrantes al baño blanco.