Chalet en Estocolmo con estilo rústico

Esta vivienda de 55 metros cuadrados parece haberse perdido accidentalmente en el norte de Estocolmo. Tanta luz y tonos pastel, como si se hubieran quemado al sol, que parece que al abrir la puerta estás viendo campos interminables de lavanda. En realidad, esta oasis francesa es una casa de campo en el último piso de un edificio de cuatro plantas en las afueras de Estocolmo.

La cocina y la sala de estar están unidas. La cocina está decorada en estilo bistro francés, lo cual es original y práctico para espacios pequeños. En el interior predominan tonos suaves y materiales naturales. La puerta de la cocina en gris combina bien con la superficie de trabajo de madera de nogal. Las paredes están revestidas con azulejos blancos, lo que crea unidad entre las paredes y el techo, característico del rústico francés. El refrigerador, congelador y lavavajillas están integrados.

La mesa de comedor está junto a la ventana. Es más agradable observar las copas de los árboles y el cielo desde la altura del cuarto piso. Otra pieza que complementa bien el entorno del interior es una estantería abierta de madera envejecida. Las macetas con flores por toda la cocina añaden colores vibrantes al espacio.

A pesar de que la cocina y la sala de estar están combinadas, el espacio está claramente dividido por otro color en las paredes de la sala de estar — un tono cálido de trigo. También hay un sofá en la sala, y una gran cantidad de diferentes textiles en tonos beige, polvo y rosa suave que mantienen la ligereza y aire del interior.

En la vivienda hay dos dormitorios. En el más grande, el centro lo ocupa una cama matrimonial y un balcón aireado con una tela ligera sobre la cama. Además, en el dormitorio de puertas rosadas que coinciden con el color de las paredes, está una amplia habitación de guardarropa. En la habitación hay mucha textilería hecha de algodón, lino y muslín. Las puertas envejecidas a propósito y los faroles de pared hechos a mano complementan perfectamente la atmósfera en estilo Provenza.

En esta vivienda se presta mucha atención a las flores, especialmente en este cuarto. En el dormitorio, se añaden frescura y se contrarrestan muchos tonos rosados.

El dormitorio más pequeño se usa hoy en día como habitación infantil. La abundancia de elementos decorativos hechos a mano, un cómodín antiguo con colores del cielo para juguetes, adornos florales y macetas decoradas con flores abren la puerta a un mundo infantil.

Parte de la pared del baño está revestida con azulejos, mientras que otra parte está pintada en un tono cálido beige. El suelo también está con azulejos colocados en una cuadrícula estilo “damas”. Esta armonía de texturas crea un espacio cohesivo. La iluminación está cuidadosamente planificada, oscureciendo intencionadamente el baño y creando un aire misterioso. A pesar del pequeño espacio, los diseñadores hicieron todo lo posible para que hubiera suficiente lugar para todo: los armarios empotrados, la lavadora y una secadora plegable para ropa escondida en el baño.

Los acentos del pasillo están representados por azulejos marroquíes verdes en el suelo y puertas de tela hechas a mano que ocultan una mini habitación de guardarropa.

Plano