Diseño de interiores en París con almacenamiento pensado y acentos llamativos

Sistemas de almacenamiento complejos, tonos intensos de azul, papel pintado con estampados inusuales y luminarias extravagantes: estos son los elementos obligatorios que la arquitecta y decoradora Camille Erman incluye en todos sus proyectos. Sin embargo, esta decoración es en realidad un truco astuto: con los detalles llamativos, Erman a menudo oculta las características poco prácticas del espacio que está decorando. 

En el caso de una habitación de 77 metros cuadrados en el cuarto distrito de París, que se encargó de decorar la arquitecta, entre las características especiales están la sala larga y el techo inclinado en ella, además de un pasillo apretado.

Para corregir la sala, Camille decidió jugar con el techo no estándar y adaptó una estantería de tono intenso azul cielo a su forma. Como resultado, la estantería adquirió un interesante “techo”, la habitación larga pareció más corta y proporcional gracias al acento brillante en el extremo de la habitación, y la puerta pintada del mismo color que las estanterías se “escondió” entre los estantes y los armarios.

En la habitación principal, la arquitecta organizó una estructura sólida formada por un armario, una cama, estantes y nichos para guardar objetos de la mesa de noche. La pared del cabecero fue cubierta con papel pintado con un estampado vegetal jugoso. El segundo armario en la habitación es de color azul oscuro y, al igual que en la sala, es un acento destacado. Así, en una habitación pequeña sin perjuicio del espacio, caben todas las cosas que normalmente solo se pueden permitir en una gran.

Otra idea de la arquitecta es usar divisiones transparentes de vidrio. Erman está convencida de que en los espacios pequeños sin estas divisiones simplemente no se puede vivir y las instala con gusto incluso en apartamentos más grandes. Según su opinión, una división correcta debe ser transparente solo hasta la mitad y opaca en la parte inferior, idealmente con estantes y nichos como aquí donde salvó el pequeño pasillo.

El resto del mobiliario del apartamento se dejó neutro, ya que solo con un fondo tranquilo los acentos brillantes se manifiestan plenamente sin sobrecargar el espacio. 

¡El resultado es genial! Y la demostración clara del éxito es que saber manejar con maestría los colores ya es la mitad del trabajo para crear un interior de calidad.  

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