Unidad muy pequeña con terraza en el techo

El área de esta dos habitaciones en Estocolmo es de solo 36 metros cuadrados, y sin embargo se siente suficiente aire y espacio gracias a una distribución razonable, ergonomía espacial bien pensada y pequeños trucos decorativos.

Por ejemplo, la zona de sala se ajusta perfectamente a la geometría de las paredes. Una de ellas, detrás del sofá, está cubierta con tela de tono arena, creando la ilusión de que detrás de la cortina hay otras habitaciones. Además, esto añade acogedor y tacto. El sofá se complementó con una mesa de comedor ligera y móvil.

La cocina de un tono elegante de lapislázuli berlinés es funcional y espaciosa, a pesar de sus dimensiones compactas. El espacio para el almacenamiento principal se reservó en la habitación principal, y en la unión de la cocina, el pasillo y la sala se instaló un armario casi invisible para tener todo al alcance. El sistema de almacenamiento se complementó con muchas estanterías abiertas (para no sobrecargar el espacio) donde se colocaron cuadros y decoración.

El espacio estrictamente gris y blanco se suavizó con un rosa pálido, tonos cálidos de metales en oro, cobre y níquel, y se diluyó con muebles en estilo mid century modern con acabado en acebo, también cálido. Se prestó especial atención a la iluminación. En la cocina se planificó una luz general y local que resalta la zona de comedor, mientras que en la habitación principal se colocaron simétricamente dos lámparas laterales, perfectas para un espacio privado.

Hay que destacar especialmente el baño. También es pequeño y está planeado tan bien como el resto del espacio de la vivienda. En la zona de ducha, separada por una pared transparente, en lugar de un suelo tradicional hay un ducha minimalista, y una losa grande colocada con desajuste da al espacio una sensación más cohesiva. El color de la barra no es casual: reproduce el tono de los armarios de cocina.

En la vivienda no hay balcón, y esta es la única deficiencia significativa con la que tendrán que acostumbrarse sus habitantes. Sin embargo, la ausencia de balcón se compensa generosamente con el acceso a una terraza de verano bien equipada en la azotea.

Este interior es otro ejemplo de la regla inflexible: cuando cada centímetro de la vivienda está bien planificado, se puede vivir con comodidad en cualquier metraje.

Plano

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