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Reparación en práctica: cómo pintar un techo con sus propias manos

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A veces, para lograr una tarea compleja, basta con dividirla en etapas simples. Hemos elaborado un algoritmo claro sobre cómo renovar el techo por uno mismo, para que el resultado sea gratificante durante muchos años

La pintura es el material de decoración más común para techos, especialmente en apartamentos de pequeño tamaño, donde cada centímetro cuenta y la altura de las paredes no permite instalar una superficie colgante. Además, este método de decoración se considera el más económico: si te encargas de la decoración por tu cuenta, puedes limitarte solo a los costos de materiales.

Paso №1: seleccione los materiales

Para pintar un techo por uno mismo, necesitarás una espátula para eliminar la capa antigua, esmeril o cepillo metálico, cinta de pintor para proteger la parte superior de las paredes de la pintura, brochas, rodillo y un recipiente plástico con fondo ondulado. Para elegir los materiales correctamente, ten en cuenta algunas sutilezas. Para pinturas acrílicas, de dispersión acuosa, látex y silicona, los rodillos hechos de lana de oveja, pelo de cabra o espuma son ideales ya que absorben y retienen bien la pintura. Con las brochas, la situación es algo más complicada: para pinturas que contienen disolvente, las brochas con cerdas naturales son adecuadas. Sin embargo, no se recomienda usarlas con pinturas a base de agua: las cerdas se deformarán rápidamente, por lo que es mejor elegir una brocha con cerdas sintéticas.

Importante saber:

el tamaño óptimo del rodillo depende del área de la superficie. Para trabajos a gran escala, se utilizan rodillos con diámetro de 38-55 mm y una longitud de 140-250 mm. Los rodillos con diámetro de base de 15 mm son ideales para pintar esquinas.

Paso №2: decida sobre el recubrimiento

Para pintar un techo en una vivienda, las pinturas acuosas dispersas y los recubrimientos tixotrópicos son las mejores opciones: no se deslizan por la brocha ni forman manchas, pero se distribuyen uniformemente sobre el techo. Para techos en baños y cocinas, elige pinturas resistentes a la aparición de moho y hongos.

Con el color blanco hay muchos tonos, así que no es necesario quedarse con el color de la tiza: experimenta con tonos como perla, leche caramelizada o nácar. Por cierto, las pinturas con acabado brillante aumentan visualmente la altura del techo y son ideales para viviendas pequeñas.

Importante saber:

bajo pinturas brillantes, las irregularidades del recubrimiento son más visibles que bajo los acabados mate. En espacios bien iluminados, las pinturas brillantes solo se pueden usar en techos perfectamente lisos o elegir pinturas acuosas con aditivos especiales que reduzcan el coeficiente de reflexión de la luz.

Paso №3: retire la pintura vieja

Para eliminar el recubrimiento antiguo, puedes usar un método mecánico con esmeril o cepillo metálico, o emplear productos químicos para eliminar la pintura. Si el recubrimiento es difícil de quitar, no intentes hacerlo perfecto: basta con procesar el techo con esmeril y aplicar una buena imprimación.

Importante saber:

las mezclas acuosas no deben aplicarse sobre cal hidratada o tiza: bajo este tipo de recubrimiento puede haber sulfato de cobre o masilla con pegamento. Debido a las reacciones químicas, pueden aparecer manchas verdes en el techo, por lo que es necesario eliminar la cal con agua.

Paso №4: imprimación de la superficie

La imprimación del techo es necesaria para que la pintura se adhiera mejor al techo y elegir este material es bastante simple. La imprimación de penetración profunda es ideal para superficies que se desprenden o son porosas y protege el techo del moho. Para superficies duras, la imprimación de uso general es adecuada ya que reduce la cantidad de capas de pintura necesarias y los costos. Las imprimaciones especiales son ideales para superficies de madera.

Antes de comenzar el trabajo, vierte la imprimación preparada en un recipiente que coincida con el ancho del rodillo. Luego, coloca el rodillo en la mango extensible (útil para trabajar desde el suelo sin tener que mover la escalera) y procesa el techo en dos capas.

Importante saber:

para comprobar si la superficie está bien imprimada, prueba pegar una pieza de cinta adhesiva. En un techo mal tratado, no se mantendrá firme, pero en una superficie bien imprimada se pegará correctamente.

Paso №5: nivelar el techo

Lo más probable es que tras la limpieza y la imprimación queden grietas y irregularidades en el techo. Primero, máscara las juntas entre los paneles del techo con una capa de masilla. Cuando el primer nivel se haya secado, lija las irregularidades y vuelva a aplicar masilla. Repite este proceso varias veces hasta asegurarte de que la superficie esté lo suficientemente plana. Una vez que se haya secado la capa final, retira el polvo de la superficie con una esponja suave.

Importante saber:

si aceleras el proceso y no permites que cada capa se seque completamente, el recubrimiento se separará rápidamente.

Paso №6: aplicar el recubrimiento

Para pintar un techo también necesitas aplicar varias capas. Para que la pintura se adhiera uniformemente, pase el rodillo por el recipiente con fondo ondulado para eliminar exceso de pintura.

Comienza aplicando la primera capa con pintura diluida y déjala secar (el tiempo de secado debe indicarse en la etiqueta). Luego, aplica otras dos capas sin diluir con intervalos entre ellas para que se sequen. Aplica la pintura con un rodillo ancho en dirección desde la ventana: la primera capa debe aplicarse perpendicular a la dirección de la luz, y la segunda paralela.

Importante saber:

si se trata de una renovación en una vivienda nueva, elige materiales de pintura y laca elásticos. Por lo general, durante la asentación de la casa las superficies se separan formando pequeñas grietas; las pinturas elásticas ofrecen mejor adherencia, cierran grietas pequeñas y se adaptan a los cambios estructurales del techo.