Casa de campo para una vida lenta en Australia

Branch Studio Architects diseñó un pequeño cobertizo de madera en Victoria, Australia, colocando el arte y la dignidad de los materiales por encima de las tecnologías.

Desde la primera conversación con el cliente, se hizo evidente que este edificio no debería tener la calidad de una definición clara y terminada de los espacios individuales, sino más bien flexibilidad para que el espacio pueda transformarse fácilmente de una habitación de vida a un taller, sala de lectura o lugar de encuentro con los vecinos durante los días festivos.

Basándose en la filosofía de una vida lenta, los arquitectos se negaron deliberadamente a usar tecnologías avanzadas, con el objetivo de materializar completamente las ideas del refugio y la reducción del ritmo. Cada pared del edificio está diseñada para contener componentes que se pueden enrollar, abrir y cerrar manualmente, permitiendo así controlar el espacio y modificar la programación del edificio. En lugar de presionar un botón en el control remoto, los habitantes de la casa deben plegar y desplegar manualmente diferentes elementos manipulando el espacio en el que viven, convirtiéndose así en una parte inseparable del mismo y no solo dueños alienados.

La conexión con la naturaleza también es una característica importante del edificio. El constante croar de las ranas, los destellos de agua danzando en el techo, los patos flotando frente a él y la vegetación densa agitada por el viento crean una atmósfera serena de armonía y calma.

Fotos: Peter Clarke