Experiencia personal: cómo convertir una lavandería en habitación para perros

El bloguero Shona Beltramo cuenta sobre la decoración de su propio hogar. Una de las habitaciones fue adaptada para convertirse en lavandería. Pero eso no es todo: el espacio se convirtió en… una habitación ideal para perros.

Guchi y Kodak duermen aquí por la noche y permanecen durante el día cuando sus dueños no están en casa. Para que los animales se sientan cómodos, la puerta de la habitación está hecha de vidrio, así no se sienten atrapados.

Con fines de seguridad, las paredes y el suelo están revestidos con azulejos: los cachorros no pueden morder ni arruinar nada. Elegimos colores clásicos: negro y blanco.

Para añadir color al diseño monocromo decidieron usar mobiliario de colores: las puertas de los armarios fueron pintadas de verde esmeralda. Como dice Shona: “Me alegra haber arriesgado hacer esto”.

Pero eso no fue todo: eligieron accesorios dorados — se ven muy bien sobre un fondo oscuro. Por cierto, las mismas manijas hicieron también en la puerta para mantener el estilo general del interior.

Shona organizó el almacenamiento con inteligencia: colocó estanterías abiertas y eligió cestas de mimbre del tamaño adecuado. Ahí se pueden guardar ropa limpia sin llenar los armarios de la habitación principal. Además, no interfiere con la circulación del aire, mejor que guardar ropa en cajas cerradas.

Bajo la encimera encontró espacio tanto para tazas como para un lugar donde dormir. Pero lo más ingenioso fue el baño para perros. El recinto se colocó a una altura específica para que Shona no tenga que agacharse. Aún así, permite que los perros saltaran directamente (aunque Kodak a veces se resiste y pide ser levantado).

“Por cierto, combinar la lavandería con una habitación para perros es una gran idea. Siempre huele a detergente, e incluso si tu mascota tiene olor, tú no lo notarás”, dice Shona riendo.

Es una excelente opción para una casa de campo, una finca o un apartamento espacioso: la lavandería está en el primer piso cerca de la entrada, y los perros no ensucian el suelo después de salir.

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La misma gama de colores, pero decisiones completamente diferentes. Esta historia de reforma seguramente no te dejará indiferente.