Inventos destacados para el baño y el aseo

Hoy en día, la sanidad está diseñada para que los consumidores puedan ahorrar agua sin sentir incomodidad. Para ello, se implementan tecnologías de ahorro de agua en llaves de mezcla, regaderas y orinales. Un solo movimiento del grifo ajusta la temperatura y el flujo de agua, modificando el chorro sin cambiar la temperatura.

Diseño: Jacob Delafon Aeración

Casi todos los grifos modernos vienen equipados con un aerador: dispositivo integrado en la boquilla del grifo. El aire se inyecta en el chorro de agua para ahorrar hasta un 15% de agua.

Este método no afecta el flujo percibido, más bien hace que el chorro sea más espeso y suave para la piel.

Limitador de flujo

Hay varias formas de controlar el flujo del agua. Por ejemplo, mediante un anillo elástico o una membrana insertada en el aerador: estos reducen el consumo a cinco litros por minuto.

Otra opción es un grifo con dos posiciones del control. Abriendo el control en la primera posición, se obtiene un flujo económico; al abrirlo completamente se pasa al modo de máximo flujo. Los fabricantes nombran esta tecnología de distintas formas, pero su objetivo es siempre el mismo: ahorro de agua.

Controlador sin contacto

El controlador más estricto del flujo de agua es el grifo sin contacto. Su carcasa tiene un sensor de movimiento: cuando acercas las manos, el agua comienza a salir.

Una válvula magnética cierra o permite el paso del agua mezclada, cuya temperatura se ajusta previamente usando una palanca o un tornillo ajustable integrado en el grifo.

Controlador de temperatura

Estos grifos reducen el consumo de agua caliente entre 10 y 15%. Además, es imposible quemarse con ellos: el grifo nunca permitirá agua caliente sin mezclarla primero con agua fría.

Existen modelos de apertura “fría”, donde primero sale solo agua fría. Para obtener agua tibia o caliente, hay que girar la llave hacia la izquierda. El movimiento de la palanca hacia la derecha está bloqueado.

Soluciones económicas para duchas

Los fabricantes de regaderas colgantes y manuales aplican las mismas tecnologías de ahorro de agua que en grifos: aeración, integración de dispositivos reguladores del flujo dentro de la ducha o manguera.

Por ejemplo, una regadera Katalyst Jacob Delafon de 250 mm de diámetro solo necesita diez litros por minuto para funcionar plenamente, sin pérdida de presión.

Otra herramienta para reducir el uso del agua es la “chorro ecológico”. Un mecanismo especial en la cabeza de la ducha bloquea parte del cauce del agua. Como resultado, el volumen del flujo se reduce en un 50%.

Diseño: Jacob Delafon
Orinales con ahorro de agua

El orinal promedio consume seis litros por cada descarga, aunque una familia pequeña puede usar el baño 12 a 17 veces al día.

El estándar vigente en la Unión Europea es 6/3. Esto significa que los seis litros son para el flujo principal y tres litros para el flujo parcial. Las nuevas creaciones de los principales fabricantes rompen con la norma: se han desarrollado orinales con estándar 4,5/3 e incluso 4/2. La calidad del flujo es la misma que en 6/3, pero se consume mucho menos agua.

W+W es una solución que ahorra agua combinando el lavabo con el inodoro

La estructura sin asiento del orinal también ahorra agua, ya que basta con un flujo parcial para limpiar la taza.

Además, es más fácil mantener este tipo de orinal limpio: el agua entra con fuerza y limpia eficazmente la superficie lisa sin cavidades ocultas.

Otra novedad de los modelos sin asiento es el flujo dirigido que lava todo el perímetro del orinal sin dispersar el agua fuera de sus límites.

Diseño: Jacob Delafon

lavabos ecológicos

En el mercado puedes encontrar lavabos hechos con materiales reciclados. Por ejemplo, un lavabo hecho de madera de corcho mediante una técnica de moldeo térmico con trozos de corcho.

Se han creado lavabos con caucho reciclado, que se funde y se pasa por una hoja. El lavabo se adapta a la corriente del agua, adoptando diferentes formas. Cuando el grifo está cerrado, se convierte en una superficie plana.

Otro material ecológico y sorprendente para hacer lavabos es el concreto, más específicamente versiones más avanzadas: microconcreto o microcemento.

El cemento es un material químicamente neutro, proporciona resistencia estructural y es fácil de usar. Además, los lavabos hechos con concreto o cemento se pueden pintar fácilmente en cualquier color agregando pigmento durante la producción.

¿Y qué sigue?

En 2018, en una feria en China, Bill Gates presentó un orinal innovador que no necesita agua: no tiene sistema de descarga y no está conectado a la red de alcantarillado. En su lugar, los residuos se procesan con productos químicos para convertirse en abono útil.

El millonario promete que este invento será lanzado al mercado en breve.