Casa de verano en Barcelona con ventanas panorámicas

El diseñador y arquitecto de esta cabaña es Mónica Recoder. Juntos con los dueños del hogar, desarrollaron la distribución y el interior que luce tan pintoresco que continúa el hermoso paisaje desde las ventanas panorámicas.

Lo primero que hizo Mónica fue eliminar las paredes entre la sala y la cocina, combinando así las zonas en un espacio social único. Ese lugar se convierte en el corazón de la casa, además de conducir a la veranda estival.

Respecto a la decoración, el diseñador eligió una combinación ganadora de paredes blancas y lechos con tonos cálidos de madera. Completan esta paleta típicamente española el tejido natural, muebles de mimbre, lámparas hechas a mano y abundancia de flores frescas.

La cocina resultó espaciosa y funcional. La zona de trabajo está compuesta por una gran isla con encimera de roble. A ambos lados de la isla se ocultan espacios adicionales para almacenamiento. Un encanto especial lo aporta un suelo de madera envejecida que se integra armoniosamente con las paredes lechosas, nichos de madera y sillas trenzadas.

La sala del hogar se convirtió verdaderamente en una sala de verano: tonos monocromáticos de amarillo, abundantes plantas y canastos trenzados complementan la vista desde las grandes ventanas panorámicas. Para los fríos días de invierno, en la sala está previsto un hogar que el diseñador ocultó dentro de la pared.

En el segundo piso del hogar se encuentra la habitación principal. La habitación está ejecutada con los mismos tonos cálidos. Adjunto a la habitación se encuentra un balcón pintoresco que ilumina todo el espacio con luz natural. En el suelo se ha colocado azulejo de color durazno, que complementa perfectamente el tejido del mismo color (alfombra de sisal, almohadas de algodón y mantas).

El baño corresponde a la estética general de la casa. Aquí también está presente una gama monocromática con tonos claros del naranja. Además, el largo lavamanos de mármol solo refuerza el diseño mediterráneo cálido y soleado.

La veranda con vista al mar continúa la sensación de verano en la casa. En ella también hay muebles trenzados y tonos naranjas que combinan armoniosamente con la exuberante vegetación circundante.