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Casa en la colina de HW Studio en Morelia, México
Proyecto: Casa en la colina
Arquitectos: HW Studio
Ubicación: Morelia, México
Área: 2 690 pies cuadrados
Año: 2021
Fotos de: César Béjar Studio, Juan Pablo Guerra, Dane Alonso
Casa en la colina de HW Studio
El proyecto “Casa en la colina” de HW Studio en Morelia, México, se inspira en la búsqueda del cliente de un refugio y protección. La concepción del diseño se basa en la idea de un niño asustado que encuentra seguridad bajo una suave manta, creando una sensación de intimidad y seguridad. La arquitectura resalta la belleza natural del entorno, formando un nuevo cerro en el paisaje. Cuatro paredes de concreto emergen del suelo, rodeando el camino y creando una atmósfera poética. El sendero hacia la casa invita a la meditación solitaria, guiando a los invitados hacia un viejo árbol con presencia notable. La entrada al hogar crea una sensación de cueva fría pero extrañamente acogedora gracias al dintel de concreto. Los materiales principales son concreto, madera, acero y piedra, combinados armónicamente con el entorno boscoso. Las zonas comunes están dispuestas para disfrutar las vistas del valle forestal y el patio, manteniendo una atmósfera rústica y primaria de la región montañosa.
La inspiración para este proyecto proviene del escucharse atentamente los susurros y crujidos de estos lugares, así como de la búsqueda del refugio y protección. ¿Cómo puede sentirse la protección? ¿Qué hacer cuando una persona se siente vulnerable? Esta pregunta fue acompañada por una imagen o, quizás, un recuerdo: un niño asustado que se cubre con una ligera manta y observa lo que sucede. Cubrirse con una manta es un acto elemental que apunta al comienzo más básico de uno mismo; la manta oculta, protege, envuelve y crea un espacio bajo ella tan seguro e íntimo que expulsa cualquier espíritu, fantasma o demonio que rodea la habitación. Al mismo tiempo, este proyecto crea continuidad sobre una superficie pintoresca natural, formando un nuevo cerro en un lugar ya rodeado por muchos.
La arquitectura es como un acento en los versos de un poema, como una coma o un signo de interrogación, pero nunca el poema en sí. El poema ya está escrito con pinos, robles, acacias dulces, luciérnagas, caminos, vallas, pozo vecinal, tierra, jardín y ruiseñor. Las cuatro paredes de concreto añaden acentos al poema, apareciendo inesperadamente del paisaje; dos de ellas sostienen la tierra del nuevo cerro, creado levantando la manta, mientras que otras dos marcan la entrada, conduciendo a los visitantes al interior. El camino es suficientemente ancho para una caminata solitaria cómoda, pero lo suficientemente estrecho como para alejar acompañamientos. Los visitantes entran en un peregrinaje de soledad que conduce al viejo árbol con su presencia tan notable, que fue necesario distorsionar la linearidad de una de las paredes mediante una curva suave para poder pasar junto a él... tan cerca que incluso se puede tocar. Tras cruzar el umbral del árbol, descendiendo por varias escaleras de piedra perlada y abriendo una pesada puerta de acero, se encuentra un dintel de concreto que sostiene la carga del manto verde que yace sobre él; generando una sensación de estar dentro de una cueva fría, oscura pero extrañamente acogedora. El concreto fue elegido como material principal por la idea de una nueva roca que se derrite y se mezcla inevitablemente con el bosque, cambiando de color... grises que se vuelven verdes, negros y amarillos, incorporándose gradualmente al entorno. El suelo resalta el aroma de la madera que se percibe entre los pinos, ofreciendo un equilibrio con la fría temperatura del concreto; y finalmente, el acero que con el paso del tiempo y las lluvias adquiere la apariencia de la corteza del árbol.
En cuanto a la organización espacial, las zonas comunes a la izquierda de la casa están completamente abiertas al valle forestal, mientras que a la derecha están más modestamente abiertas al patio con vistas a los árboles y al cielo. Era importante mantener muy pocas referencias a elementos relacionados con un momento específico del tiempo, por lo que el refrigerador y los electrodomésticos fueron ocultados, la iluminación fue organizada de manera muy sutil y solo se incluyeron los cuatro materiales principales: piedra, madera, concreto y acero. Es fundamental para el cliente mantener la atmósfera rústica y primaria de la región montañosa.
–HW Studio
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