Escuela de colores en Suiza

Ante el significativo crecimiento poblacional, las autoridades de la pequeña ciudad de Alvsborg, Suiza, que casi se fusiona con Basilea, anunciaron una competencia para construir una escuela diseñada para 600 niños. La estudio ganador BUR Architekten ejecutó el proyecto, que consta de dos edificios conectados por un gran pasillo cubierto.

Cada aula dispone de un espacio para trabajo en grupo, separado por una pared de vidrio y estanterías que permiten a docentes y alumnos decidir libremente el nivel de transparencia deseado, llenando las estanterías con más o menos densidad. Lo mismo ocurre con los espacios transparentes entre aulas y zonas comunes. En ambos casos, los arquitectos buscaban fomentar que los usuarios gestionaran estos espacios según sus preferencias.

La decisión de colocar el gimnasio en el segundo piso permitió liberar el primer nivel para una gran sala de uso público. Poco después de la apertura del edificio, este espacio dejó de ser solo parte de la escuela y se convirtió en un lugar popular para encuentros políticos, conciertos y representaciones teatrales.

Las fachadas de la institución educativa están decoradas con una estructura de tubos de aluminio que actúan como barandales de un largo balcón que rodea todo el edificio y como pantalla solar.

La continuidad de esta cubierta horizontal, que presenta colores distintos en diferentes zonas, resalta la diferenciación entre niveles y funciones dentro de la escuela. Cada elemento tubular mide seis metros y está fabricado en uno de los diez tonos disponibles, actuando como un píxel individual. El juego cromático de las fachadas promueve una percepción activa de la arquitectura, convirtiendo el edificio en una unidad visualmente coherente y expresiva.

Fotos: Simon Menges