Casa rústica en la naturaleza en Finlandia

Casa rústica en la naturaleza en Finlandia

© Marc Goodwin

Buro de Arquitectura Arkkitehtitoimisto Teemu Pirinen realizó el proyecto para un cliente que heredó de su padre una mansión McMansion con una mala distribución y un jardín pomposo con céspedes bien cuidados en la ciudad de Iisalmi, Finlandia. A la nueva propiedad le parecía demasiado grande y su mantenimiento era complicado. El cliente deseaba restaurar la parcela en un bosque de pino y construir una pequeña casa que interactuara completamente con el paisaje circundante.

El espacio de 194 metros cuadrados se compone de tres bloques adyacentes, cada uno de los cuales parece un granero rural en una interpretación moderna. Los tres aleros tienen diferentes áreas y alturas, adaptándose a sus funciones respectivas y creando una jerarquía y continuidad definidas.

Considerando las impresionantes vistas en todas direcciones, los arquitectos no querían destacar ninguna panorámica particular, por lo que el vidrio cubre casi todas las paredes de la casa, ofreciendo una visión de 245 grados. Todas las zonas del bloque diurno están diseñadas para repetir el ciclo de movimiento del sol, comenzando con el desayuno al amanecer y terminando con la cena al atardecer.

De cada habitación de la casa se puede acceder a un área exterior separada. La forma especial en forma de Y protege las terrazas formadas del viento y las convierte en un excelente complemento para los espacios interiores.

La estructura de la casa está ligeramente elevada sobre el nivel del suelo, lo que hace que parezca flotar en el aire, deslizándose lentamente hacia el lago. Desde la sala de estar, no se ve ni la orilla ni el área a su alrededor, solo la superficie del agua deleita la vista.

La fachada de la residencia está diseñada para que desde la entrada principal parezca cerrada, antigua y tradicional, mientras que en el extremo opuesto con vista al lago aparece una gran cantidad de vidrio moderno. La madera utilizada para la terminación exterior no se procesó, permitiendo que con el tiempo adquiera un tono gris, haciendo que la casa sea discreta y visualmente reduciendo su tamaño.

En el interior de la casa domina un abeto blanqueado que no sobresale ni distrae, dejando toda la gloria de la hermosa naturaleza fuera de la ventana. El único elemento destacado es la chimenea negra en la sala de estar, que contrasta perfectamente con la cocina blanca.

Fotos: Marc Goodwin