There can be your advertisement

300x150

La communalidad estelar: cómo vivieron las celebridades soviéticas en apartamentos compartidos

Esta página también está disponible en los siguientes idiomas:🇺🇸🇷🇺🇺🇦🇫🇷🇩🇪🇵🇱🇨🇳

Un lugar donde las personas experimentaban las emociones más intensas juntas

Mientras las celebridades actuales se van de paseo con penthouse y villas, sus predecesoras soviéticas comenzaron su camino hacia la fama en apretados apartamentos comunitarios. Michael Boyarsky pasó sus primeros ocho años con su familia en una habitación de 16 metros cuadrados en la calle Goncharnaya, mientras que Georgiy Vitsin vivió toda su vida en comunales — primero en el callejón Krivokolennoy, luego en el callejón Starokonushennyy. Alice Freindlich creció en una communal de Leningrado, donde sus vecinos se convirtieron en su segunda familia, y Yuri Nikulin solo recibió un apartamento separado en la calle Bronnaya en los años 70.

El estilo de vida comunitario no desmoronó a las futuras estrellas — por el contrario, endureció su carácter y les enseñó a valorar las alegrías simples. Estas historias muestran que el camino al éxito no siempre comienza con lujo — a veces basta con talento, perseverancia y la habilidad de encontrar belleza incluso en las condiciones más humildes.

Michael Boyarsky: De la calle Goncharnaya a la avenida Moika

La familia Boyarsky, descendientes de actores teatrales, vivió en un apartamento comunitario en la calle Goncharnaya, número 17, apartamento 21. Cinco personas se alojaban en una habitación de 16 metros cuadrados, calentando con una estufa de leña. El tiempo postbélico fue especialmente difícil para los habitantes de Leningrado. Para sobrevivir, la familia tuvo que vender por partes la única biblioteca única de su abuela.

El futuro rey de los mosqueteros recuerda este período sin amargura. La familia de intelectuales heredados vivía modestamente, si no decir pobremente, pero el ambiente estaba lleno de amor por el arte. Los padres a menudo llevaban al pequeño Michael al teatro Komissarzhevskaya, donde trabajaban. Allí observaba con el corazón latiendo fuerte la actuación de los actores.

Cuando Michael cumplió siete años, la familia se mudó a un nuevo apartamento en la calle Blagodatnaya. Era un mundo completamente diferente — una zona obrera donde los niños caminaban con cuchillas en los bolsillos y los adolescentes saqueaban kioscos de periódicos. La escuela musical en la conservatoria y la tutela de sus padres protegieron a Boyarsky de esa peligrosa senda.

Foto: pinterest.comFoto: pinterest.com

Georgiy Vitsin: lealtad al estilo de vida comunitario

Georgiy Vitsin vivió toda su vida en apartamentos comunitarios. Primero, su familia vivió en el callejón Krivokolennoy, número 9. Incluso después de ser nombrado artista popular de la URSS, Vitsin siguió siendo fiel a su estilo de vida humilde. En sus últimos años, donó su gran apartamento en el centro de Moscú a su hija Natalia, y se trasladó a una vivienda de tipo khrushchev en el callejón Starokonushennyy.

Muchos creyeron que Vitsin murió en la pobreza, pero esta fue una postura consciente del actor. Una colega, Natalia Varley, explicaba: “Fue un gran artista, pero también increíblemente humilde. Amaba a su esposa, a su hija y a su perro, y eso era suficiente para Vitsin”. Le bastaba una vivienda de dos habitaciones donde podía vivir con su familia.

Los rumores de que Vitsin pedía restos de carne tenían fundamento real — pero no para sí mismo, sino para alimentar perros y gatos callejeros. Hasta sus últimos días, el actor salía cada día a alimentar a los animales sin hogar, rechazando la ayuda de extraños.

Foto: pinterest.comFoto: pinterest.com

Alice Freindlich: una familia comunitaria unida

El apartamento comunitario donde creció la futura estrella de “La novela de oficina” fue fundado antes de la guerra. Después de la evacuación y el asedio, solo sobrevivieron dos familias antiguas, y el apartamento fue ocupado por “nuevos inquilinos” que rápidamente se hicieron amigos.

Freindlich recuerda aquel tiempo con calidez: los vecinos celebraban juntos las fiestas y compartían productos. En Leningrado postbélico, esto era especialmente importante — cuando todos tenían poco, la gente se apoyaba mutuamente. La cocina comunitaria se convertía en un lugar donde se discutían las noticias, se compartían alegrías y penas.

Actualmente la famosa actriz vive en la legendaria calle Rubinstein, pero su experiencia con la vida comunitaria le enseñó a valorar el calor humano más que los metros cuadrados.

Foto: pinterest.comFoto: pinterest.com

Yuri Nikulin: el circo en la comunal

La familia Nikulins vivió durante muchos años en un apartamento comunitario. Solo en los años 70 les asignaron un apartamento en la calle Bronnaya, y también trasladaron a su madre de Yuri Nikulin y a su hermana con su propia familia.

La esposa del artista, Tatiana Nikolaevna, contaba que su hermana, que compartía el apartamento con ellos, tenía dos hijos. Para ellos, Nikulin hacía magia y representaba cuentos infantiles como “La capa roja”. “En nuestro edificio siempre había mucha alegría — no por el hecho de que él se echaba a reír, sino porque Yuri Vladimirovich creaba una atmósfera tan divertida con sus anécdotas y su canto — que realmente amaba cantar”.

El apartamento comunitario se convirtió en el primer escenario para el futuro bufón, donde perfeccionó su arte de entretener a la gente. Los niños vecinos fueron sus primeros espectadores agradecidos.

Foto: pinterest.comFoto: pinterest.com

Iosif Kobzon: guerra y paz en la comunal

En la infancia, Kobzon se mudaba con su madre, dos hermanos y abuela con frecuencia. Antes de la guerra, la familia se mudó a Lviv, y se evacuaron a Uzbekistán. El día de la Victoria, el futuro artista lo celebró en una comunal de la ciudad de Slavyansk.

Kobzon recuerda cómo, a través de los delgados muros del apartamento, se escuchaban los llantos de familias que recibían nuevas enterramientos, pero los gritos más fuertes — los de alegría — resonaban en la comunal el día en que terminó la guerra. Estos contrastes — tristeza y alegría, separados solo por una fina pared — formaron la profundidad emocional del futuro cantante.

Foto: pinterest.comFoto: pinterest.com

Los apartamentos comunitarios durante la guerra eran lugares donde las personas experimentaban las emociones más intensas juntas. El sufrimiento ajeno se convertía en propio, y la alegría ajena se duplicaba.

Los apartamentos comunitarios no eran solo lugares de residencia, sino también una escuela de vida para toda una generación. Allí aprendieron a compartir, a negociar y a apoyarse mutuamente. Quizás por eso las celebridades soviéticas que crecieron en comunales destacaban por una humanidad especial y una habilidad para comunicarse con cualquier tipo de público. Sabían que una verdadera estrella brilla no solo en el escenario, sino también en la vida común.