Casa de vidrio y roble con vista al Gran Baño Australiano

Los propietarios de esta casa, la pareja Lizzy y Wes Burns, se trasladaron al suburbio de Melbourne para sus hijos Elliot y Angus, con el fin de que su infancia pasara rodeada de silencio, bosques y aire fresco. Al igual que la infancia de su padre: Wes creció en la costa occidental.

Nuestra vida entera ha estado dedicada a encontrar un lugar en las afueras que abriera nuevas perspectivas tanto literal como metafóricamente.

La pareja buscaba tierra para construir, y cuando varios años atrás vieron en venta un terreno aislado, inmediatamente supieron que era lo que necesitaban. El terreno estaba ubicado en un acantilado rocoso con vista a la línea costera salvaje, rodeado por enormes robles que parecen aferrarse al borde del acantilado.

Ya ahora entendemos cuán afortunados fuimos al encontrar esta tierra. Muy afortunados.

Actualmente, la casa con paredes completamente de vidrio refleja el cielo y los árboles que la rodean, mientras que la vista al bañadero se puede disfrutar desde todas las habitaciones. El vidrio de tamaño completo permite que la casa se integre con el paisaje natural, convirtiéndose casi en algo invisible y flotando sobre la tierra.

En la casa actualmente hay sala de estar, cocina, habitaciones para niños, dormitorio de los esposos, habitación de invitados, dos baños, estudio, una hermosa terraza y hasta un sótano. En la decoración se utilizan únicamente tres materiales: piedra natural, madera y vidrio. Por ejemplo, todas las paredes están revestidas con paneles de roble americano y el suelo está pavimentado con piedra.

Lo interesante es que en toda la casa la tecnología y los espacios de almacenamiento están ocultos tras paneles de madera que se abren con un simple toque. Según Lizzy y Wes, esto permite mantener el espacio más fácil de mantener.

Es una casa sorprendente para vivir. Casi todos los días vamos a la playa, y llamamos a nuestro camino a la playa una caminata de 200 pasos porque es precisamente ese número de pasos que hay. No entendemos cómo merecimos tanta suerte.