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Experiencia personal: cómo construir una casa y ajustarse al presupuesto
Sessille, Daniel y sus tres hijos conforman una familia poco común. Su casa en Dinamarca tampoco lo es: su superficie es de tan solo 60 metros cuadrados y su largo alcanza los 15 metros. La pareja sigue siempre el principio del consumo consciente y cree que para ser feliz necesitas poco. El ideólogo de este enfoque es Daniel, quien creció en una familia de viajeros, como nómadas que se trasladaban de un lugar a otro y recorrieron prácticamente todo el mundo. Hoy en día, aunque Daniel ya se haya establecido en un solo lugar, sus puntos de vista siguen siendo los mismos.
Con mis padres solíamos mudarnos con frecuencia, y todo lo que realmente necesitábamos para vivir siempre cabía en una sola carreta.
La distribución del interior es minimalista: por ejemplo, todas las puertas son correderas para que los vanos no ocupen espacio al abrirse, y la cocina es pequeña, diseñada con el estilo de un barco. No hay espacio para cosas innecesarias ni hábitos de acumular y almacenar artículos.
Cada vez que compramos algo, pensamos en qué problema resuelve esa cosa para nuestra familia. Por ejemplo, compraré una almohada solo si me sirve para dormir mejor.
Todos los materiales con que se construyó la casa y se fabricaron los muebles fueron reciclados o usados previamente por alguien más. Daniel es un carpintero profesional. Se encargó de la construcción por sí mismo e improvisó mucho durante el proceso. Sessille ayudaba a Daniel con materiales para la casa: iba a mercados de pulgas, recogía fachadas o muebles de madera inútiles de amigos y conocidos. El diseño final del interior de la cocina, la sala de estar o la habitación infantil siempre dependía de lo que Sessille traía esa vez.
No teníamos un plano o dibujo específico. Solo sabíamos que queríamos lo mínimo de objetos y lo máximo de funcionalidad. Y seguir un plano era difícil para nosotros. Siempre debía haber posibilidad de romper marcos o cambiar formas si surgían nuevos materiales.
El interior sigue las mismas reglas: nada innecesario. La mayoría de los muebles están hechos con materiales específicos: madera, roble y metal. A la pareja le gusta el minimalismo, y combinar estas texturas ayuda a recrear ese estilo en el diseño del interior.

La cocina está hecha con materiales de diferentes colores y texturas: fachadas de roble, azulejos blancos brillantes en las paredes, latón en decoración y lámparas con estilo rústico. A pesar de la diversidad de materiales, la cocina luce armoniosa. La mesa del comedor consiste en dos tableros pintados en blanco. Y Sessille decidió experimentar con la pintura del refrigerador.
Pinté el refrigerador con pintura para pisos de madera. Primero aplicué imprimación, dejé que se secara y luego lijé con papel de lija fino. Después apliqué la pintura. El refrigerador quedó mate y con un tono negro azulado.

Los dueños de la casa adoran las plantas, por eso cultivan tomates en un macetero en la cocina. Durante la temporada pueden cosechar hasta diez tomates al día.

Los estantes de la pared están hechos con tablas de madera de tuya y conectados con cuerdas de bajo de un antiguo piano hecho de cobre.

Esta lámpara fue una idea de Daniel. Está basada en una tubería de cobre curvada y dos bombillas.

El sofá-cama en la sala de estar es uno de los muebles favoritos de Daniel y Sessille. Tres funciones en uno — justo a la manera de esta casa.

Tras una puerta corredera desde la sala de estar se accede a la habitación infantil. La losa de concreto ocupa muy poco espacio pero luce bien tanto con la puerta abierta como cerrada.

Las habitaciones infantiles también son extremadamente funcionales. Sin embargo, la pareja usó colores llamativos en el diseño para darles alegría. Por ejemplo, una de las paredes tiene tonos rosados, una cama amarilla brillante y un cómodín azul turquesa. Otra pared está decorada con papel pintado en forma de granos pequeños — una excelente solución para ampliar el espacio visual.


Otra solución creativa es un perchero hecho con una tubería de latón curvada. Un buen ejemplo de cómo aprovechar la altura del espacio cuando no hay suficiente anchura.

Al lado de la casa hay una terraza y una invernadera donde la familia cultiva plantas. La terraza está pensada como un espacio para relajarse que reúne a toda la familia sin importar el clima. Por eso Daniel y Sessille instalaron una cortina que pueden extender si llueve o plegar cuando hace sol.
Aquí están algunos consejos que comparten esta pareja:Elimina los objetos sin utilidad alguna. En su lugar, adapta sus usos a tus necesidades.
Usa materiales reciclados, por ejemplo, construye una mesa de cocina con dos tableros antiguos.
Para evitar sobrecargar los colores, combina materiales con tonos suaves y naturales: latón, concreto y madera.
Usa plantas para delimitar espacios. Por ejemplo, un macetero rectangular con flores puede separar dos habitaciones.
Si la casa no tiene suficiente ancho, utiliza su altura. Por ejemplo, instala espacios de almacenamiento en las paredes.
Llena la casa con cosas que tengan significado para ti, ya que es mejor cuando el decorado refleja tu personalidad y la casa sirve como lugar de inspiración.
Distribución del espacio
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