Antes y después: una nueva vida para las "cuartos asesinados"

Con base en proyectos mostramos cómo transformar una cocina antigua en un edificio estalinista, convertir un baño feo en un baño luminoso y lograr una reconfiguración práctica en una casa de estilo krushchev.

Casa de diseñador en un edificio antiguo

Esta pequeña dos habitaciones cerca del monasterio Novodevichy decoró la diseñadora Olga Zaretskikh varios años atrás para ella y su esposo. Quería transformar la antigua vivienda con una distribución típica en un lugar acogedor para relajarse. Para ello, fusionaron la cocina con la sala de estar, ampliaron el baño usando el pasillo y eligieron una paleta cromática tranquila para la decoración.

Casa para alquilar en Airbnb

La casa necesitaba ser renovada rápidamente (en 3 a 7 días) y con un presupuesto mínimo. Por eso, la diseñadora Polina Anikeeva se limitó a una reforma cosmética y seleccionó un decorado interesante. A pesar de eso, tomaron como base la decoración existente en la vivienda: muebles vintage y antiguos.

Dos habitaciones en un edificio antiguo

La vivienda se encontraba en un muy lamentable estado. La dueña no pudo decidir si venderla o ocuparla. La tarea era lograr una reforma con los menores costos posibles. Por eso, tomaron como base la arquitectura clásica inglesa con elementos del estilo provenzal, para que fuera cómoda y acogedora. El resultado superó todas las expectativas.

Departamento de tres habitaciones en un edificio krushchev

Esta vivienda la habita una familia con un pequeño niño. En el momento de la compra, la casa en un edificio común estilo krushchev necesitaba una reconstrucción completa. Para transformarla, se requirió reconfiguración, acabados con materiales de calidad y una nueva decoración completa.

Baño en un edificio tipo P-44

Para convertir un baño aburrido en un edificio común en un espacio acogedor, la diseñadora Anna Kovalchenko cambió la bañera por una ducha, colocó azulejos en algunas paredes y pintó otras. Inmediatamente se sintió más espacioso y luminoso.

En la portada: proyecto de diseño de Olga Zaretskikh.