¿Qué material elegir para el suelo: parqué, hormigón encerado o baldosas?

En cuanto entra en la casa, el suelo es lo primero que ve. Por eso, durante la construcción o remodelación, es clave decidir qué tipo de revestimiento de suelo elegir. Entre la elegancia de la madera, la durabilidad del hormigón y el brillo de las baldosas, hay que tomar una decisión. Estos son algunos aspectos que pueden ayudarle a elegir lo adecuado.

La madera establece el ambiente

Tablones sin tratar, fibras naturales y laminado pertenecen a una amplia familia de materiales de calidad. El tono natural de la madera aporta elegancia y clasicismo al hogar. En la era de la sostenibilidad, el bambú, en forma de tablones o suelos flotantes, es ideal para dormitorios o comedor elegantes. El parqué resistente muestra la madera en toda su belleza. Además, el acabado de la madera es fácil de personalizar. En general, la madera es más cara que otros revestimientos por metro cuadrado. No olvide que su presupuesto también incluye el costo de aislamiento acústico y térmico, así como tratamiento de la madera.

Baldosas personalizadas

Uno de los revestimientos más comunes, el uso de baldosas aporta una sensación constante de limpieza. Además, ofrece infinitas posibilidades de personalización en formato, color y material. Asimismo, existe una opción para cualquier presupuesto. En caso de daño, el reparación es sencilla. Sin embargo, las baldosas transmiten frío. Por otro lado, el ruido no se absorbe y las superficies de baldosas se vuelven resbaladizas con apenas una gota de agua.

El hormigón encerado destaca por su resistencia

El hormigón como revestimiento de suelo es especialmente resistente. En cuanto a durabilidad, el precio del hormigón con acabado de cemento sigue siendo razonable. Con un buen acabado, el hormigón no cede ante otras opciones. En especial, por ofrecer una apariencia homogénea sin juntas. Eso lo convierte en muy higiénico y fácil de mantener, salvo algunos aspectos. El hormigón, especialmente en la etapa final, debe aplicarse obligatoriamente por un especialista. Pequeñas grietas desentonan con el encanto del suelo después de unos años de uso.